jueves, 28 de marzo de 2013

Resuelto el misterio de la tragedia del Hindenburg

A 76 años del estallido de la nave de 245 metros de largo, llegaron a una explicación sobre las causas de la tragedia ocurrida en Hindenburg.
 
 
      El sueño era tener una flota de aeronaves llenas de hidrógeno cruzando el orbe en todas direcciones, con los cascos plateados refulgiendo al Sol. Y por un tiempo la fantasía se volvió realidad. El Hindenburg era el Concorde de su tiempo, capaz de cruzar el Atlántico en unos tres días, dos veces más rápido que por mar.
 
      Con casi 100 personas a bordo, la nave de 245 metros de largo se preparaba a descender en Lakehurst, Nueva Jersey, el 6 de mayo de 1937, cuando la era del vuelo en dirigible llegó a su fin. Frente a horrorizados espectadores, el Hindenburg estalló y cayó al suelo envuelto en llamas. Perecieron 35 de sus ocupantes.
 
      Ahora, 76 años después, un equipo de expertos afirma haber resuelto uno de los mayores misterios del siglo XX: la verdadera causa de aquel desastre aéreo.
 
      Encabezado por el ingeniero aeronáutico británico Jem Stansfield y con sede en el Instituto de Investigación del Sureste, en Estados Unidos, el equipo hizo estallar o incendió modelos a escala de más de 24 metros de largo, en un intento por descartar teorías que iban desde una bomba sembrada por un terrorista hasta las propiedades explosivas de la pintura usada para recubrir el dirigible.
 
      Las investigaciones realizadas después del desastre concluyeron que una chispa encendió hidrógeno que escapó, pero no pudieron ponerse de acuerdo en la causa de la chispa ni la de la fuga de hidrógeno. Las teorías conspiratorias sostenían que la nave fue derribada por una bomba o por un disparo desde tierra.
 
      Recreando diversos escenarios con réplicas en miniatura, y estudiando películas de archivo del desastre, junto con relatos de testigos, los expertos creen haber descubierto lo que ocurrió en realidad.
 
      Mark Heald tenía ocho años de edad cuando observó al Hindenburg caer a tierra. Observaba desde la distancia y pudo ver lo que se ocultó a la vista de quienes estaban más cerca: dónde comenzó el fuego. “Años más tarde, mi padre se dio cuenta de que debió haber ofrecido su testimonio en algunas de las investigaciones iniciales, porque el lugar donde estábamos probablemente era poco común. La vista que teníamos era bastante lateral. Vimos un poco de fuego azul apenas delante del timón vertical, el superior, que colgaba de la cresta”.
 
      En un documental presentado por el Canal 4 británico, los expertos revelaron la secuencia de acontecimientos que desencadenó la explosión. La nave se había cargado de electricidad estática por efecto de una tormenta eléctrica. Un cable roto o una válvula de gas que colgaba dejaron escapar hidrógeno hacia los ductos de ventilación y, cuando la tripulación de tierra corrió a sujetar las cuerdas de aterrizaje, la nave “hizo tierra”. El fuego apareció en la cola y encendió el hidrógeno.
 
      “Creo que el mecanismo más probable que produjo la chispa fue electrostático”, afirma Stansfield. “Empezó en la punta, y luego las llamas, según nuestros experimentos, probablemente avanzaron hacia el centro. Con una mezcla explosiva de gas, eso produjo la explosión al llegar a la base.”
 
      El historiador aeronáutico Dan Grossman está de acuerdo. “Creo que eso es exactamente lo que ocurrió. Hubo una distribución masiva de hidrógeno en toda la mitad superior de la nave; vino la ignición, y toda la porción trasera de la nave se encendió casi al mismo tiempo”.

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